Japoneses en España


Dos proyectos de los japoneses Toyo Ito y Arata Isozaki proponen nuevas formas de habitabilidad en Logroño y en el madrileño barrio de Carabanchel… y lo consiguen.


Suelen señalarse únicamente los aspectos negativos de esa tendencia de los últimos años que llevaba a las Administraciones públicas a apostar por la arquitectura de firma. La continua pelea por tener en la ciudad edificios firmados por arquitectos estrella tenía, por lo menos, la virtud de apostar por la arquitectura, por edificios que proponían cosas. Por ejemplo, en los nuevos ensanches de las grandes ciudades españolas, rodeados de las tristes imágenes de las promociones privadas de vivienda, las apuestas públicas ofrecen nuevas tipologías de vivienda o fachada que, aunque no siempre victoriosas, se arriesgan en la búsqueda de nuevas fórmulas.

Como señalaba en una entrevista el Catedrático de la Politécnica de Madrid Manolo Blanco, “en los nuevos PAU hay actuaciones muy brillantes […] pero están rodeadas de edificios horribles, homogéneos, sin ideas.” Son las “casas de la periferia, anodinas, aburridas y basadas en un estándar caduco […] donde la gente prefiere vivir”.

En Logroño en el año 2006 se convocó un concurso internacional en el que se invitó a once equipos de arquitectos de prestigio para redactar un grupo de viviendas a las afueras de la ciudad. El concurso lo ganó el arquitecto japonés Toyo Ito con una innovadora propuesta de bloques de formas sinuosas que cobijaban viviendas de tamaño reducido, de tal manera que hasta el 75% de las viviendas fueran ocupadas por jóvenes, dotando al conjunto de espacios comunes, como bibliotecas, lavadoras, secadoras,… en una nueva forma de habitabilidad inédita en una capital de provincias.




Sin embargo, la tozuda mentalidad española, habituada a la compra de viviendas tradicionales de tres dormitorios, hizo que la promoción no se adjudicara en su totalidad. El proyecto tuvo que ser modificado pasando de  las 682 viviendas iniciales a las 468 unidades que finalmente se plantearon, transformando los pequeños apartamentos de 45 metros cuadrados en pisos de 75 o 90 metros cuadrados.
Sí se mantuvo su hermético aspecto exterior, en la que los huecos verticales, cerrados con contraventanas del mismo material que el resto de la fachada, casi desaparecen.


También se confunden los huecos con la fachada en otro de los bloques de viviendas proyectados por un arquitecto japonés en España, el que ideó Arata Isozaki en el barrio de Carabanchel.

Planteados como una cadena de rombos que aparecen como un biombo continuo hacia la Avenida de los Poblados, de tal manera que cada vivienda tiene ventilación a dos fachadas diferentes para mejor ventilación, este juego de ritmos sincopados también se repite en su fachada, donde los huecos, de diferentes tamaños y formas se distribuyen de forma aleatoria, mezclados con placas prefabricadas de hormigón de diferentes texturas.


Esta idea de movimiento continuo, que ya se veía reflejado en el proyecto inicial que contrató directamente la Empresa Municipal de Vivienda de Madrid, ha chocado con la habitual manera de habitar una vivienda que se tiene en España. El proyecto básico que redactó Isozaki se completó con un proyecto de ejecución redactado por un equipo español, que adaptó la propuesta ideal a las formas tradicionales. Por ejemplo, dotar a todas las ventanas de persianas ha supuesto que muchas de ellas (que tienen formas caprichosas, como de figuras del tetris) tengan una persiana exterior hasta cierto punto y el resto se ciegue con una persiana interior.


Así como los bloques de Toyo Ito en Logroño se han ido ocupando poco a poco, las viviendas de Carabanchel diseñadas por Arata Isozaki llevaban inexplicablemente cerradas desde su finalización. Y no ha sido hasta ahora cuando el Ayuntamiento de Madrid ha decidido que se utilicen finalmente, para dar cabida a refugiados que tristemente llegan a Europa estos meses y también a víctimas de violencia machista, mujeres empobrecidas por divorcios conflictivos, inmigrantes con hijos y dificultades de inserción sociolaboral,…

Estas nuevas formas de vivienda, en gran parte rechazadas por el español medio que sigue ensimismado en la estandarización, en lo que el propio Manolo Blanco denomina el “triunfo de lo de siempre sobre lo bueno”, va a dar cabida a nuevos habitantes que completarán estos innovadores proyectos arquitectónicos de la mejor manera posible: viviéndolos.

La verdad que cada vez que paso por la autopista me quedo mirándolo y me parece de una belleza extraordinaria, lo cual por lo visto no es suficiente para el mercado español. Pero conociendo un poco a los japoneses no me cabe ninguna duda de que serán funcionales. Pero la verdad que la sociedad española esta muy arraigada a sus costumbres, cuando Europa alquila aquí eso es "tirar el dinero". Lo que esta claro es que las obras se han de mimetizar con el entorno y a lo mejor este edificio verde no se mimetizo con las costumbres locales. También hay que decir en su defensa que el edificio abrió sus puertas con la recién llegada crisis. Que desde luego sus precios no ayudaron, por que la idea de apartamentos pequeños para jóvenes esta bien, pero lo de los precios elevados.... He vivido en diferentes tipos de casas y de lo que tengo claro que no me gustan son los acosados que tanto han proliferado, como decía el sociólogo reciéntemente fallecido Mario Gabiria "la ciudad clorofila" (el gasto es enorme) He vivido en pisos grandes y pequeños, hubo un tiempo en quería un piso grande pero si ahora tuviera que elegir me decantaría por algo pequeño y funcional.


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