Nubes de cristal emplomado

Hoy os planteamos una escapada de fin de semana a descubrir una ciudad de interior. Una que esconde un cielo de cristal emplomado y a tan solo cien metros el cielo en la tierra. Si, hablamos de León una pequeña ciudad que custodia historia a raudales.
A nuestra llegada a San Isidoro una peculiar iglesia románica, cuando paseamos por su nave no me llamo especialmente la atención, una iglesia románica, un poco más alta de lo habitual pero tampoco nada que no hubiésemos visto antes. Que ignorante, no sabia lo que se escondía a veinte metros de nuestras espaldas.

Al pasar bajo un pequeño arco accedemos  al panteón de los reyes, donde se encuentran enterrados unos cuantos de los monarcas de León de la Edad Media . Vasta con volver la vista hacía arriba para encontrarnos un conjunto de seis bóvedas totalmente policromadas en un sorprendente estado de conservación. lo mejor de todo es que nunca han sido restauradas. Las pinturas explican escenas del Antiguo y Nuevo Testamento. Unas pinturas románicas de esta extensión, calidad e in situ solo pueden verse en la península en  San Isidoro ( Ya que las de Sant Clement de Taul se encuentran en el museo de Cataluña). 

Que maravilla y pensar que todos los pórticos de estas pequeñas iglesias eran así, como cambia imaginarlas totalmente policromadas. Por que en la Edad Media, ese momento oscuro de las artes también hubo un sitio para ese magnifico arte que es la decoración.

http://www.arquivoltas.com/12-Leon/01-SanIsidoro04.htm

Andamos unos  metros y avanzamos unos cuantos en la historia para entrar por el pórtico de la catedral de León un magnifico ejemplo de gótico.

El contraste que sentimos al salir de San Isidoro, ese pequeño edificio donde donde todo esta al alcance de la mano, en ese ambiente de recogimiento en penumbra, para entrar ahora en este majestuoso edificio invadido por la luz. La cantidad de vidrieras y su tamaño es realmente impresionante. Pensar que esta catedral se levanto en tan solo 60 años.

Cuando salíamos del templo era ya el atardecer y los rayos de sol se filtraban por el rosetón del pórtico llegando hasta el altar con unos rayos de colores que me dejaron parado. Fue el momento en el que pensé , cuando volveré a León, por que estas nubes de cristal emplomado, tengo que verlas al amanecer entrando por encima del altar y el transcurrir del día paseándose por su fachada sur.

Espero que no pase mucho tiempo antes de saludar a estas gentes tan amables acogedoras, tan extraño en estos días  convulsos en los que volver a los reinos de taifas parece más atractivo que en soñar con una Europa sin fronteras.

PD:

Se me olvidaba!!! no dejéis de visitar el Musac, su fachada no os dejara indiferentes.
Cuando el mundo era en blanco y negro Leon ya era en color.


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