25 años sin César Manrique
Estos días hace 25 años que nos dejo Cesar Manrique, uno de los pioneros del desarrollo sostenible en Lanzarote.
César Manrique Cabrera fue un pintor, escultor, arquitecto y artista español nacido el 24 de Abril de 1919 en Puerto Naos, barrio de Arrecife (Lanzarote). Compaginó su obra con la defensa de los valores medioambientales de Canarias. Buscó la armonía entre el arte y la naturaleza como espacio creativo. Se definió como “un contemporáneo del futuro”.
Participó en la Guerra Civil española como voluntario del lado franquista. Su experiencia de la guerra fue atroz, y nunca quiso hablar de ella. En el verano de 1939, una vez concluida la guerra, César regresó a Arrecife. Llegó vistiendo aún el uniforme militar. Tras besar a su madre y a sus hermanos, subió a la azotea de la casa, se desnudo, pisoteó con rabia la ropa, la roció con petróleo y le prendió fuego.
Ingresó en la Universidad de La Laguna para estudiar Arquitectura Técnica, que a los dos años abandonaría. En 1945 se trasladó a Madrid para entrar becado en la Academia de Bellas Artes de San Fernando (recientemente ha sido nombrado miembro de la academia de bellas artes de San Fernando Campo Baeza), donde se graduaría como profesor de arte y pintura.
Ingresó en la Universidad de La Laguna para estudiar Arquitectura Técnica, que a los dos años abandonaría. En 1945 se trasladó a Madrid para entrar becado en la Academia de Bellas Artes de San Fernando (recientemente ha sido nombrado miembro de la academia de bellas artes de San Fernando Campo Baeza), donde se graduaría como profesor de arte y pintura.
En otoño de 1964, siguiendo los consejos de su primo Manuel, marchó a la ciudad de New York, donde estuvo hasta verano de 1966.Gracias a este , consiguió una generosa beca en el Institute of International Education. Ello le permitió alquilar su propio estudio y empezar a pintar una amplia obra que fue exhibida con éxito en la prestigiosa Galería en New York "Catherine Viviano".
Lo más curioso de el, es que no veía la vida como todos los demás, cuando salió de su isla, Lanzarote, un lugar lleno de naturaleza, se encontró con una realidad, una forma de vivir muy diferente a la suya que no le gustó nada. Desde Nueva York escribía mucho a su amigo Pepe Dámaso "(...) más que nunca siento verdadera nostalgia por lo verdadero de las cosas. Por la pureza de las gentes. Por la desnudez de mi paisaje y por mis amigos (...) Mi última conclusión es que el HOMBRE en N.Y. es como una rata. El hombre no fue creado para esta artificialidad. Hay una imperiosa necesidad de volver a la tierra. Palparla, olerla. Esto es lo que siento."
Al regresar de Estados Unidos en 1964, empezó su campaña de sensibilizar a la gente de la Isla de Lanzarote para respetar el estilo Tradicional Arquitectónico. Iba explicando a sus paisanos que no debían derribar las casas o una parte de ellas en mal estado para construir un garaje o una ampliación, empleando aluminio en vez de madera .Igualmente convenció al Gobierno de la Isla para que erradicaran el uso de las vallas publicitarias del paisaje y de las carreteras.
Su primera obra fue la gruta de los Jameos del Agua, quizás la más espectacular, con su famoso y espectacular Auditorio natural. Realizó una vivienda de estilo típicamente lanzaroteño que sirviera de modelo y ejemplo, la Casa del Campesino. Sus creaciones integradas en la naturaleza destacan por su sencillez. Sus trabajos son igualmente reconocidos tanto por los intelectuales como por los estetas. Como Arquitecto interiorista lograba una armonía de espacios y volúmenes, citemos el interior del Mirador del Rio. Su deseo de vivir con la lava lo realizó en su propia casa en el Taro de Tahiche. Una belleza única y un ejemplo de integración de una vivienda en la naturaleza, constituyendo un oasis en medio de un río de lava azul-negra petrificada. Posteriormente pasaría a ser La Fundación César Manrique
Su primera obra fue la gruta de los Jameos del Agua, quizás la más espectacular, con su famoso y espectacular Auditorio natural. Realizó una vivienda de estilo típicamente lanzaroteño que sirviera de modelo y ejemplo, la Casa del Campesino. Sus creaciones integradas en la naturaleza destacan por su sencillez. Sus trabajos son igualmente reconocidos tanto por los intelectuales como por los estetas. Como Arquitecto interiorista lograba una armonía de espacios y volúmenes, citemos el interior del Mirador del Rio. Su deseo de vivir con la lava lo realizó en su propia casa en el Taro de Tahiche. Una belleza única y un ejemplo de integración de una vivienda en la naturaleza, constituyendo un oasis en medio de un río de lava azul-negra petrificada. Posteriormente pasaría a ser La Fundación César Manrique
Falleció a los 73 años en un trágico accidente de tráfico, el 25 de Septiembre de 1992, al lado de la Fundación, cerca de Arrecife. Las paradojas del destino determinaron que encontrara la muerte en un accidente automovilístico, cuando él detestaba la masificación de los vehículos.
«Siempre he tenido una conciencia clara de lo que significa la vida y la eternidad en el tránsito de la pequeñez»
http://www.rtve.es/alacarta/videos/personajes-en-el-archivo-de-rtve/adios-cesar-manrique-1992/1514249/
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